sábado, 31 de octubre de 2009

Ensayo periodístico- Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

UNIVERSIDAD NACIONAL DE ENTRE RÍOS

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

Cátedra: Periodismo Especializado: Periodismo Político

Carrera: Licenciatura en Comunicación Social

Profesor Titular: Oscar Enrique Bosetti

Auxiliares Docentes: Javier Miranda y Esteban Olarán

Curso: Segundo Cuatrimestre de 2009

Ensayo Periodístico


EL DERECHO DE EXPRESAR LA PALABRA

Desde que la última dictadura militar, en 1980 sancionó la Ley de Radiodifusión Nº 22.285 se realizaron en democracia diversos intentos por cambiar esta normativa. A pesar de que en ambas cámaras del Congreso Nacional se presentaron 44 proyectos de ley -que ni siquiera llegaron a ser discutidos por la totalidad de los legisladores- llevó 26 años lograr este cambio.

A partir del viernes 9 de octubre y luego de múltiples debates, foros y audiencias públicas, Argentina cuenta con una nueva reglamentación para las comunicaciones: la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Para adentrarnos en el tema resulta importante y necesario conocer cómo desde el Estado se fueron estableciendo normas sin el menor debate, sin participación ciudadana, ni institucional, formulando políticas que tuvieron como principal objetivo satisfacer intereses comerciales, en desmedro de procurar una efectiva democratización de los medios de comunicación.


"Yo presidente"

A excepción de Néstor Kirchner, todos los presidentes surgidos a través del voto -Alfonsín, Menem y De la Rúa- presentaron sus respectivos proyectos de ley de radiodifusión, los cuales no alteraban sustancialmente el sistema de medios en nuestro país, situación que sin duda favoreció a las empresas privadas que gestionan los medios de comunicación.

El proyecto que presentó Raúl Alfonsín al Congreso en 1987 resultaba centralista, verticalista y comercial, como la norma que se intentaba reemplazar, teniendo como objetivo básico la privatización de los medios que se encontraban bajo la órbita estatal con la mayor celeridad posible.

Por su parte, Carlos Menem realizó su propio proyecto de radiodifusión en 1993 luego de cuatro años de gestión, durante los que se habían privatizado los canales de televisión y las radios más importantes, dentro de una política integral de privatizaciones de empresas públicas, argumentando que se conseguiría el desarrollo de la televisión y la radio en todo el país a través de la libre competencia y la iniciativa privada.

En mayo de 2001, el Poder Ejecutivo Nacional que encabezaba Fernando de la Rua, presentó su proyecto de ley en el cuál se incorporaban elementos no contemplados en la normativa vigente, como permitir que entidades sin fines de lucro accedan a los medios de comunicación.

Considerando que se trataba de un proyecto sólido en cuanto a su estructura, sin embargo, no se alteraba en sus aspectos esenciales la formidable concentración monopólica de los medios de comunicación que se había configurado. Al igual que los proyectos anteriores, resultaba centralista siendo insuficiente la participación de las provincias, el Congreso de la Nación y las entidades de la sociedad civil en el diseño, gestión y control de la actividad radiodifusora.

Las normas dictadas en materia de radiodifusión por el gobierno de Néstor Kirchner sirven como ejemplo para demostrar cómo a pesar de que se efectúa un discurso diferente al neoliberal se continúan aplicando las políticas de los ’90. El hecho que refleja más claramente lo que fue la política de este gobierno sobre las comunicaciones fue la firma del decreto 527 que suspendió los plazos de las licitaciones de los medios que se habían privatizado durante el menemismo -casi todos- y que se estaban por vencer. De este modo, los adjudicatarios fueron beneficiados con la renovación automática de sus licencias por diez años más.


Gabriel Mariotto y Cristina Fernández de Kirchner


Hoy en día, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner presentó su proyecto y consiguió la aprobación del mismo. Con el afán de lograr una regulación más democrática se dio lugar a la multiplicidad de voces, permitiendo la participación ciudadana, así como también dando lugar a la opinión de los diversos sectores que actúan en el medio a través de la actividad empresarial, el periodismo, el trabajo técnico y artístico, la educación, la cultura, entre otros. Para llevar esto a cabo, se realizaron foros, debates y audiencias en diferentes puntos del país para analizar su contenido.

Tras este largo proceso se generaron discusiones de las cuales surgieron voces a favor y en contra respecto de la sanción de la ley. Hoy ya promulgada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, muchas de las opiniones expresadas conformes a la nueva regulación sostienen que era una deuda de la democracia derogar la 22.285 por provenir de un gobierno de facto. Además de ello, avalan el cambio por ser considerada obsoleta en cuanto a la técnica, ya que no contemplaba los avances tecnológicos.

Por otro lado, los opositores fundamentaban sus ideas afirmando que el gobierno de Cristina Fernández persigue a través de esta ley un fin político, favoreciendo la formación de un nuevo monopolio en manos del estado.

El debate sobre el rol de los medios de comunicación, su propiedad y la necesidad de que los mismos estén en otras manos, es una cuestión de suma importancia, que debe ser asumida por el conjunto de la sociedad. La discusión sobre el uso que se hace de un bien público, como son las frecuencias radioeléctricas y la vigencia o no del derecho humano a la comunicación, son aspectos que exceden lo comunicacional, ya que en él intervienen factores muchos más amplios, que tienen que ver con relaciones de poder y con quién tiene el derecho de expresar la palabra en Argentina.

Hoy en día, para que este nuevo marco legal sea democrático, en el sentido de que exista una participación real y efectiva de los sectores institucionales, de las diversas organizaciones o de la ciudadanía en general, es necesario que esta nueva ley sea aplicada a conciencia. Esto sólo se dará si se modifica el contexto político y social en nuestro país, en el sentido que el sistema institucional deje de legislar en función de los intereses del mercado.

Informe radiofónico:

Primera Parte:

http://www.goear.com/listen/8f051de/Informe-radial-primera-parte-grupo-nº-1

Segunda Parte

http://www.goear.com/listen/1f33dbe/Informe-radial-segunda-parte-grupo-nº-1


Videos:

http://www.youtube.com/watch?v=RX8q_38ph3Y

http://www.youtube.com/watch?v=LRkeL0QSrZw&feature=related

Página web para consultar:

http://www.argentina.ar/hablemostodos/

viernes, 9 de octubre de 2009

Ensayo periodístico- Golpe de Estado en Venezuela y Honduras

Cátedra: Periodismo Especializado: Periodismo Político
Profesor Titular: Oscar Enrique Bosetti
Auxiliares Docentes: Javier Miranda - Esteban Olarán
Alumno: Sterli, María Victoria
Honduras y Venezuela

Golpe de Estado, bloqueo de prensa.

El arrebato a la fuerza de un gobierno democrático pone en juego muchas cuestiones importantísimas de ser analizadas, o por lo menos tenidas en cuenta. La manipulación de los medios de comunicación es una de ellas, ya que toca de cerca al derecho humano de recibir y dar información. Y creo que se torna peligroso dejar de lado la libertad de expresión, porque los medios contribuyen a formar la opinión pública, y si los datos que se ofrecen a través de la prensa no son claros, no son precisos, tergiversan la verdad, o simplemente omiten ciertos temas que la sociedad necesita conocer, estamos frente a un manejo de la información que trae consigo la opresión.





Advertimos que justamente esto es lo que hondureños y venezolanos tuvieron que atravesar. El golpe de Estado perpetrado en Honduras el 28 de junio de 2009 se ha constituido en un manifiesto atentado a la libertad de expresión, con periodistas acosados, medios de comunicación intervenidos, programas clausurados y, también, una ciudadanía perseguida por ejercer su derecho a opinar.Por su parte, los medios de comunicación privados de Venezuela en el 2002 dejaron de cumplir su papel de informadores imparciales y neutrales de la situación política para convertirse en nuevos protagonistas de la crisis. Muchos analistas lo consideraron un “golpe mediático”; donde la prensa apoyó al golpe de Estado.Es realmente preocupante el hecho de que los medios más poderosos, que deberían contribuir de manera efectiva al fomento de la cultura, se están sumergiendo en una competencia desenfrenada de carácter comercial para la creación de una empobrecida sociedad de consumidores. Esta falta de información que sufre la sociedad, tanto en Honduras como en Venezuela -resultado de la censura que se ha aplicado a los medios de comunicación- impide el libre y natural desarrollo de la democracia en estos países centroamericanos.Así vemos que -a pesar del paso del tiempo, de los cambios políticos, económicos, sociales y culturales- la figurita repetida del golpismo continúa amenazando a las sociedades latinoamericanas. Y si prestamos atención a la sucesión de los hechos, podemos afirmar que el golpe de Estado que azota hoy al pueblo hondureño trae consigo vestigios de lo ocurrido hace 7 años en Venezuela.




Los militares golpistas que derrocaron al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, reprodujeron fielmente el plan aplicado para destituir de su puesto al mandatario del pueblo venezolano, Hugo Chávez. Además de secuestrar al presidente, montarlo en un avión y dejarlo en la capital de Costa Rica; secuestraron la verdad, la guardaron y le apagaron la luz. Los militares golpistas cerraron los medios de comunicación del estado, y privaron a los hondureños del acceso a la información sobre los acontecimientos que delineaban la situación.Mientras el pueblo permanecía en las calles exigiendo la restitución de Zelaya, los medios que responden a los intereses golpistas ponían al aire dibujos animados y cuestiones nada acercadas a la situación que se estaba viviendo. Entonces cabe pensar: ¿es este también un golpe mediático, tal como sucedió en Venezuela?Micheletti suspendió la libertad de expresión, prohibió las manifestaciones y otorgó a las fuerzas de seguridad la potestad de cerrar los medios de comunicación que puedan alterar la paz del país, o visto desde mi óptica: prohibió la transmisión de información sobre los sucesos que interesan a la sociedad.En 2002 la situación fue muy similar. Globovisión, RCTV y Venevisión -canales privados del país venezolano que siempre se opusieron al gobierno de Chávez- se encargaron de boicotear al presidente con mentiras y falsedades, amparados por su poder en las comunicaciones.

Entonces está claro que los golpistas –en ambos casos- no quieren que nadie documente los hechos, ni informe a la opinión pública nacional e internacional sobre lo que sucede en sus países. Silenciar a los medios para calmar las masas… ¿de eso se trata?Un gobierno de facto es insostenible, impensable e incompatible con la libertad de prensa. Pero no hay libertad sin libertad de expresión, y sin libertad de palabra. El ejercicio de la democracia requiere de muchas voces, pero voces libres, múltiples. La libertad de comunicar sirve para consolidar las otras libertades. Sin la independencia para opinar el hombre está condenado a la opresión.
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MATERIAL ADJUNTO:

Videos disponibles en:
http://www.youtube.com/watch?v=L3WmPPRV3xU

http://www.youtube.com/watch?v=BEavT0ba-HA

http://www.youtube.com/watch?v=Um8J_5RtjAI

Audios disponibles en:

http://www.agenciapulsar.org/nota.php?id=15896

Ensayo periodístico- Golpe de Estado en Venezuela y Honduras

Cátedra: Periodismo Especializado: Periodismo PolíticoProfesor
Titular: Oscar Enrique Bosetti
Auxiliares Docentes: Javier Miranda - Esteban Olarán
Alumna: Sterli, María Victoria

Honduras y Venezuela
Golpe de Estado, bloqueo de prensa.

El arrebato a la fuerza de un gobierno democrático pone en juego muchas cuestiones importantísimas de ser analizadas, o por lo menos tenidas en cuenta. La manipulación de los medios de comunicación es una de ellas, ya que toca de cerca al derecho humano de recibir y dar información. Y creo que se torna peligroso dejar de lado la libertad de expresión, porque los medios contribuyen a formar la opinión pública, y si los datos que se ofrecen a través de la prensa no son claros, no son precisos, tergiversan la verdad, o simplemente omiten ciertos temas que la sociedad necesita conocer, estamos frente a un manejo de la información que trae consigo la opresión.



Advertimos que justamente esto es lo que hondureños y venezolanos tuvieron que atravesar. El golpe de Estado perpetrado en Honduras el 28 de junio de 2009 se ha constituido en un manifiesto atentado a la libertad de expresión, con periodistas acosados, medios de comunicación intervenidos, programas clausurados y, también, una ciudadanía perseguida por ejercer su derecho a opinar.Por su parte, los medios de comunicación privados de Venezuela en el 2002 dejaron de cumplir su papel de informadores imparciales y neutrales de la situación política para convertirse en nuevos protagonistas de la crisis. Muchos analistas lo consideraron un “golpe mediático”; donde la prensa apoyó al golpe de Estado.Es realmente preocupante el hecho de que los medios más poderosos, que deberían contribuir de manera efectiva al fomento de la cultura, se están sumergiendo en una competencia desenfrenada de carácter comercial para la creación de una empobrecida sociedad de consumidores. Esta falta de información que sufre la sociedad, tanto en Honduras como en Venezuela -resultado de la censura que se ha aplicado a los medios de comunicación- impide el libre y natural desarrollo de la democracia en estos países centroamericanos.Así vemos que -a pesar del paso del tiempo, de los cambios políticos, económicos, sociales y culturales- la figurita repetida del golpismo continúa amenazando a las sociedades latinoamericanas. Y si prestamos atención a la sucesión de los hechos, podemos afirmar que el golpe de Estado que azota hoy al pueblo hondureño trae consigo vestigios de lo ocurrido hace 7 años en Venezuela.


Los militares golpistas que derrocaron al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, reprodujeron fielmente el plan aplicado para destituir de su puesto al mandatario del pueblo venezolano, Hugo Chávez. Además de secuestrar al presidente, montarlo en un avión y dejarlo en la capital de Costa Rica; secuestraron la verdad, la guardaron y le apagaron la luz. Los militares golpistas cerraron los medios de comunicación del estado, y privaron a los hondureños del acceso a la información sobre los acontecimientos que delineaban la situación.Mientras el pueblo permanecía en las calles exigiendo la restitución de Zelaya, los medios que responden a los intereses golpistas ponían al aire dibujos animados y cuestiones nada acercadas a la situación que se estaba viviendo. Entonces cabe pensar: ¿es este también un golpe mediático, tal como sucedió en Venezuela?Micheletti suspendió la libertad de expresión, prohibió las manifestaciones y otorgó a las fuerzas de seguridad la potestad de cerrar los medios de comunicación que puedan alterar la paz del país, o visto desde mi óptica: prohibió la transmisión de información sobre los sucesos que interesan a la sociedad.En 2002 la situación fue muy similar. Globovisión, RCTV y Venevisión -canales privados del país venezolano que siempre se opusieron al gobierno de Chávez- se encargaron de boicotear al presidente con mentiras y falsedades, amparados por su poder en las comunicaciones.


Entonces está claro que los golpistas –en ambos casos- no quieren que nadie documente los hechos, ni informe a la opinión pública nacional e internacional sobre lo que sucede en sus países. Silenciar a los medios para calmar las masas… ¿de eso se trata?Un gobierno de facto es insostenible, impensable e incompatible con la libertad de prensa. Pero no hay libertad sin libertad de expresión, y sin libertad de palabra. El ejercicio de la democracia requiere de muchas voces, pero voces libres, múltiples. La libertad de comunicar sirve para consolidar las otras libertades. Sin la independencia para opinar el hombre está condenado a la opresión.

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MATERIAL ADJUNTO:
Videos disponibles en:



Audios disponibles en:


Ensayo periodístico- Golpe de Estado en Venezuela y Honduras

Cátedra: Periodismo Especializado: Periodismo Político
Profesor Titular: Oscar Enrique Bosetti
Auxiliares Docentes: Javier Miranda - Esteban Olarán
Alumno: Brunet, Augusto


El árbol sordo

¿Qué sonido hace un árbol si cae en medio del bosque y no hay nadie para oírlo? Esta pregunta que, a simple vista, parece tan simple tiene un trasfondo mucho más profundo de lo que se cree. Una de las posibles respuestas resulta aplicable para la explicación de fenómenos que se produjeron y se siguen produciendo hoy en día en nuestro continente, como son los Golpes de Estado y su relación directa con el manejo de los medios de comunicación.

La respuesta a la que estoy haciendo referencia es que si el árbol cae y no hay nadie para oírlo, eso no ha sucedido, hasta que alguien no lo compruebe en los hechos concretos.

La aplicación práctica de esta pregunta, hoy en día, es más compleja debido a que vivimos en la llamada “sociedad de la información” y los avances tecnológicos en las comunicaciones permiten que uno pueda enterarse de hechos que suceden en los lugares más remotos del mundo al poco tiempo, ya sea en su teléfono celular, notebook, o cualquier dispositivo móvil, así como también por medio de la computadora o la televisión, entre otros medios de comunicación que podemos encontrar en la gran mayoría de los hogares; cosa que se convierte en una espada de doble filo para la sociedad porque dicha información se puede tornar en des-información en un instante, según los intereses que se quieran defender. Para demostrar esto voy a remitirme a dos hechos de gran relevancia en nuestro continente, como lo fue el intento de Golpe de Estado en Venezuela en el año 2002 y el Golpe que esta sufriendo Honduras desde hace más de 3 meses, ya que fueron los dos primeros ataques a la democracia del siglo XXI en América Latina y, además, el papel que ocuparon los medios de comunicación fue determinante en ambos procesos.


El contexto en los dos países fue diferente tanto geográfica, política, económica como socialmente, pero guarda una estrecha relación, como todos los Golpes de Estado que tuvieron lugar en nuestro continente. Hablando de los procesos en sí, podemos mencionar que en ambos países los gobiernos que se intentaron, o que se derrocaron, eran “populares” cosa que no fue, ni es, bien vista por las clases dominantes, las cuales siempre, o casi siempre, se ven secundadas no solo por los proyectos económicos, sino también por el clero y las fuerzas militares, grupos que directa o indirectamente actúan en pos de los mismos intereses.

Si bien los motivos de los levantamientos son diferentes, ya que en Venezuela fue por el "populismo" chavista y su intento por conseguir una distribución más equitativa de las ganancias provenientes del petróleo, mientras que en Honduras fue por la propuesta del Presidente Manuel Zelaya de realizar una "consulta popular" con el fin de ver si la población quería reformar su constitución nacional; en ambos países el apoyo militar fue esencial a la hora de tomar el poder, ya que como en todo Golpe de Estado, la violencia es la que prima.

Una vez “instalados” en el poder, los “nuevos mandatarios” en ambos países, procedieron a intervenir los medios de comunicación sacando del aire todo tipo de emisora que podría llegar a ser opositora o presentar una opinión diferente y comienzan la operación de (des)informar a través de los medios que poseen o que apoyan éste acto.


De este modo, no solo callan las voces opositoras, sino que también todo tipo de manifestación por parte del pueblo repudiando al golpe es inexistente al no ser mediatizada, haciendo así que nadie sepa verdaderamente que es lo que esta ocurriendo, que el hecho "no exista" para los que no estuvieron presentes.

Este proceso, que no solo se da en gobiernos de facto sino que también lo encontramos en gran parte de las democracias de todo el mundo, tiene el objetivo de conseguir que la resistencia a los abusos del sistema sean dispersados y, si bien lo consiguen en muchos casos, como mencionamos mas arriba, la “sociedad de la información” es un espada de doble filo en la cual por un lado tenemos la des-información por parte de las clases dominantes y por otro el surgimiento de medios que intentan resistir y generar verdadera conciencia de la realidad. Por eso hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir lo que leemos, o dicho de otra manera, en que consiste lo que realmente leemos, para evitar que estos intereses nos sigan dominando y podamos hacer posible otra realidad para todos, en la cual podamos ser verdaderamente libres.

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Materia adjunto:
Video que refleja la manipulación mediática por parte de Estados Unidos en Venezuela:
Seguimiento del Golpe de Estado en Honduras por la Agencia Pulsar (en la sección de audios se puede acceder a diversas notas sobre el papel de los medios y de la censura y manipulación de información que se encuentran sufriendo):

Ensayo Periodistico - Golpe de Estado en Venezuela y Honduras

Cátedra: Periodismo Especializado: Periodismo Político
Profesor Titular: Oscar Enrique Bosetti
Auxiliares Docentes: Javier Miranda - Esteban Olarán
Alumno: Mántaras, María Emilia

Aclaración: Los hipervínculos, remarcados en azul, fueron hechos por mí. Es cierta información que me pareció necesaria para elaborar este ensayo.



VENEZUELA, HONDURAS Y EL MANEJO DE LA INFORMACION



El rol de los medios masivos de comunicación tanto en el Golpe de Estado al gobierno constitucional de Hugo Chávez como al gobierno de Manuel Zelaya se vincula a los intereses de la oposición golpista, integrada por la unión de los grupos financieros, las cúpulas militares, los intereses económicos internacionales y los partidos políticos resentidos por la pérdida de su historia hegemónica.Los medios dejaron así su responsabilidad social de informar a la población y se convirtieron en conspiradores y punta de lanza de manifestaciones y huelgas. Bajo la bandera de la libertad de expresión, practicaron la libertad para mentir, disimular, oculta y manipular la información.

Para entender un poco el rol de la prensa, nos remontaremos a los hechos acontecidos en Venezuela. La crisis venezolana se desarrolló a raíz del descontento provocado en la oposición por las leyes democráticas promulgadas por el presidente Hugo Chávez. De las 49 medidas, 5 encendieron los ánimos del golpe: la ley de tierras que comprometía el latifundio; la ley de hidrocarburos, que intentaba controlar la asociación por parte de la industria petrolera con capitales privados; la ley de educación que aumentaba el control sobre la educación privada, incluyendo la religiosa, restringieron los subsidios a la misma y incrementaron los subsidios a la pública; la ley de costas, que aseguraba para el Estado la propiedad de las tierras costeras; y finalmente la ley de pesca, que regulaba dicha actividad industrial para defender el ecosistema. Estas leyes tocaron los intereses de quiénes eran los dueños tradicionales de Venezuela.

Es preciso profundizar de qué forma se producía y circulaba la información originada en los medios de comunicación durante el golpe de Estado desatado en la República Bolivariana de Venezuela. El jueves 11 de abril del 2002, los propietarios de los cinco canales privados -Venevisión, Radio Caracas Televisión (RCTV), Globovisión, Televen y CMT- y los diarios más importantes, incluyendo el Universal, El Nacional, Tal Cual, El Impulso, El Nuevo País y El Mundo, asumieron el rol de los partidos políticos antichavistas.
¿Cómo lo hicieron? Pues bien, los medios, de manera sistemática, prepararon el ambiente. Rompieron con el orden constitucional, en nombre de la democracia, y presentaron los intereses de la oligarquía como los intereses de todo el pueblo venezolano. Así proporcionaron la justificación perfecta para que el golpe se presente como una exigencia humanitaria. Una de las “estrategias” que se vio en sus publicaciones fueron: la utilización de frases fuera de contexto, otras inventadas, la deformación de los mensajes de Chávez para el pueblo. Por otro lado, ocultaron el ejercicio de democracia directa que hizo el pueblo venezolano con manifestaciones populares, masivas y múltiples, para restaurar la constitución y rescatar a su presidente secuestrado.


Tanto en Venezuela como en Honduras, la prensa mintió descaradamente, calumnió, difamó, llamó esos días a la insurrección militar contra el orden constitucional. Con el gobierno de Chávez, mintió acerca de su renuncia al mandato y después, alegaron la renuncia de Chávez a la supuesta vergüenza que éste sentía por haber dado la orden a los francotiradores de disparar contra la marcha opositora en Miraflores.


Con respecto a Honduras, el rol de los medios no difiere mucho de los roles tomados por los medios venezolanos. Roberto Micheletti, actual presidente del gobierno de facto, clausuró dos medios de comunicación hondureños: una emisora de radio y un canal de televisión.Desde el golpe militar que sacó a Manuel Zelaya de la presidencia, todos los sectores en Honduras tomaron partido. Una buena parte de la ciudadanía, de las empresas y de las organizaciones, apuntó en favor del golpe, tratando de disimular el hecho de que se hubiese dado tal, y justificando las acciones políticas adoptadas luego de los hechos de la madrugada del domingo 28 de junio en aquel país.


Lo más grave de la manipulación de la información, es que más allá de desvirtuar el rol de los medios de comunicación, los propios representantes de estos terminan por contribuir notoriamente a la crisis; con un único objetivo: a través de los medios, tratar de adoctrinar al público.Tanto Roberto Micheletti en Honduras como Pedro Carmona en Venezuela, lo que hicieron luego de haber desterrado cada uno a su presidente electo fue desatar represiones feroces, con listas negras, allanamientos sin garantías jurídicas, asesinatos y ambos cortaron canales del estado.

Ensayo periodístico- Golpe de Estado en Venezuela y Honduras

Cátedra: Periodismo Especializado: Periodismo Político

Profesor Titular: Oscar Enrique Bosetti

Auxiliares Docentes: Javier Miranda - Esteban Olarán

Alumno: Crespo, Gonzalo

HACIA LA DEMOCRACIA CON BOMBAS Y MARINES

Algunos sucesos en la historia de América Latina deberán analizarse cuando en ese juego por adquirir cada vez más poder, alguna de las partes decida atisbar y contar lo que verdaderamente a sucedido. Esto será posible si en la mitad de una encrucijada algún país latinoamericano recibe el comodín.

A pesar de los engalanados discursos que solemos escuchar de distintos presidentes defendiendo los derechos humanos, en América Latina se siguen produciendo golpes de Estado, como en el 2002 en Venezuela y el 28 de junio del corriente año en Honduras. Hasta el momento, los mandatarios de turno no han demostrado si verdaderamente su objetivo primordial, es mejorar la situación actual que atraviesan los países latinoamericanos.

Hugo Chávez

El 11 de abril de 2002 en Venezuela empezó a reinar el caos cuando un golpe de Estado produjo el derrocamiento de su presidente constitucional Hugo Chávez. Ese día el líder popular progresista había renunciado a su cargo, o al menos eso era lo que afirmaban los medios de comunicación privados.

Desde Estados Unidos y España, gobernados por los conservadores George W. Bush y José María Aznar, aseveraron en un comunicado en conjunto su “interés y preocupación” por los acontecimientos ocurridos. Ambos mandatarios no reconocieron oficialmente al presidente de facto Pedro Carmona, pero expresaron su deseo de que la excepcional situación que experimentaba Venezuela acarreara, en el plazo más breve, a una “verdadera democracia”.


Pedro Carmona

Por otro lado, distintos jefes de Estado de países latinoamericanos opinaron que el golpe contra el gobierno de Hugo Chávez fue producto de las ambiciones de Estados Unidos. Debido a que unos meses antes del derrocamiento del mandatario venezolano el gobierno constitucional, había nacionalizado la empresa “Petróleos de Venezuela” y nombrado a una nueva junta directiva, dejando fuera de ese grupo a los dirigentes que hasta el momento había administrado “Pdvsa”, algo que supuestamente molestó George W. Bush.


A pesar de la postura de las organizaciones internacionales como por ejemplo la Organización de las Naciones Unidas, que repudiaron el golpe de Estado, no vamos a creer que este tipo de accionar contra gobiernos democráticos, con los cuales podes coincidir o no, han quedado en el 2002 y que sólo hoy queda leer algún libro de historia para comprender qué consecuencias acarrea el derrocamiento de un presidente.


Roberto Micheletti y Manuel Zelaya

Desde el 28 de junio de 2009 el mandatario Manuel Zelaya fue destituido de su cargo por un golpe de Estado. El depuesto presidente había comenzado en marzo a pregonar su plan de llamar a una consulta popular para cambiar la constitución y poder buscar la reelección. Muchos aseguraron que la idea del hondureño fue impulsada por Hugo Chávez, debido a que ambos jefes de Estado habían mantenido un encuentro en el cual acordaron que Venezuela le prestaría dinero a Honduras, por lo que al caudillo caribeño le convenía que el depuesto mandatario continuara al frente del gobierno.

Sin duda, desde hace un tiempo el nombre de Chávez estremece en sus entrañas a muchos habitantes de Honduras, al percibir que su presidente constitucional se encontraba transitando el sendero trazado por Venezuela. De hecho, se produjo un levantamiento de los jóvenes hondureños cuando el mandatario venezolano hizo público el pedido de Manuel Zelaya de ingresar a la “Alternativa Bolivariana para América”.

En las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, lejos de los años de Guerra Fría, cuando Washington apoyaba abiertamente a dictadores en su patio trasero, la administración de Barack Obama condenó el golpe y suspendió transitoriamente la cooperación militar.


Manuel Zelaya y Luiz Inácio Lula da Silva

Por otra parte, el gobierno brasileño repudió el accionar militar en Honduras, retiró a su embajador y suspendió todos los programas de ayuda a Tegucigalpa. Al mismo tiempo decidió no involucrarse directamente en el desenlace de los acontecimientos, ya que Luiz Inácio Lula da Silva entiende que su influencia no alcanza a América Central, y que es necesario un acuerdo con otros mandatarios.

En este caso también los organismos internacionales salieron a repudiar el golpe de Estado contra Zelaya, al igual que lo hicieron con el de Venezuela, pero -sin duda- ciertas medidas adoptadas por los distintos gobiernos de países latinoamericanos producen insomnio en algunos mandatarios, que luego se esconden detrás de discursos acartonados o promesas vulgares.

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Material adjunto

Entrevista a Roberto Micheletti: http://www.youtube.com/watch?v=bDmbgBlrxis

Discurso de Manuel Zelaya en la ONU: http://www.youtube.com/watch?v=bDmbgBlrxis


Material del grupo:

Entrevista realizada a Claudio Fantini (analista de Política Internacional)