viernes, 9 de octubre de 2009

Ensayo periodístico- Golpe de Estado en Venezuela y Honduras

Cátedra: Periodismo Especializado: Periodismo Político

Profesor Titular: Oscar Enrique Bosetti

Auxiliares Docentes: Javier Miranda - Esteban Olarán

Alumno: Crespo, Gonzalo

HACIA LA DEMOCRACIA CON BOMBAS Y MARINES

Algunos sucesos en la historia de América Latina deberán analizarse cuando en ese juego por adquirir cada vez más poder, alguna de las partes decida atisbar y contar lo que verdaderamente a sucedido. Esto será posible si en la mitad de una encrucijada algún país latinoamericano recibe el comodín.

A pesar de los engalanados discursos que solemos escuchar de distintos presidentes defendiendo los derechos humanos, en América Latina se siguen produciendo golpes de Estado, como en el 2002 en Venezuela y el 28 de junio del corriente año en Honduras. Hasta el momento, los mandatarios de turno no han demostrado si verdaderamente su objetivo primordial, es mejorar la situación actual que atraviesan los países latinoamericanos.

Hugo Chávez

El 11 de abril de 2002 en Venezuela empezó a reinar el caos cuando un golpe de Estado produjo el derrocamiento de su presidente constitucional Hugo Chávez. Ese día el líder popular progresista había renunciado a su cargo, o al menos eso era lo que afirmaban los medios de comunicación privados.

Desde Estados Unidos y España, gobernados por los conservadores George W. Bush y José María Aznar, aseveraron en un comunicado en conjunto su “interés y preocupación” por los acontecimientos ocurridos. Ambos mandatarios no reconocieron oficialmente al presidente de facto Pedro Carmona, pero expresaron su deseo de que la excepcional situación que experimentaba Venezuela acarreara, en el plazo más breve, a una “verdadera democracia”.


Pedro Carmona

Por otro lado, distintos jefes de Estado de países latinoamericanos opinaron que el golpe contra el gobierno de Hugo Chávez fue producto de las ambiciones de Estados Unidos. Debido a que unos meses antes del derrocamiento del mandatario venezolano el gobierno constitucional, había nacionalizado la empresa “Petróleos de Venezuela” y nombrado a una nueva junta directiva, dejando fuera de ese grupo a los dirigentes que hasta el momento había administrado “Pdvsa”, algo que supuestamente molestó George W. Bush.


A pesar de la postura de las organizaciones internacionales como por ejemplo la Organización de las Naciones Unidas, que repudiaron el golpe de Estado, no vamos a creer que este tipo de accionar contra gobiernos democráticos, con los cuales podes coincidir o no, han quedado en el 2002 y que sólo hoy queda leer algún libro de historia para comprender qué consecuencias acarrea el derrocamiento de un presidente.


Roberto Micheletti y Manuel Zelaya

Desde el 28 de junio de 2009 el mandatario Manuel Zelaya fue destituido de su cargo por un golpe de Estado. El depuesto presidente había comenzado en marzo a pregonar su plan de llamar a una consulta popular para cambiar la constitución y poder buscar la reelección. Muchos aseguraron que la idea del hondureño fue impulsada por Hugo Chávez, debido a que ambos jefes de Estado habían mantenido un encuentro en el cual acordaron que Venezuela le prestaría dinero a Honduras, por lo que al caudillo caribeño le convenía que el depuesto mandatario continuara al frente del gobierno.

Sin duda, desde hace un tiempo el nombre de Chávez estremece en sus entrañas a muchos habitantes de Honduras, al percibir que su presidente constitucional se encontraba transitando el sendero trazado por Venezuela. De hecho, se produjo un levantamiento de los jóvenes hondureños cuando el mandatario venezolano hizo público el pedido de Manuel Zelaya de ingresar a la “Alternativa Bolivariana para América”.

En las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, lejos de los años de Guerra Fría, cuando Washington apoyaba abiertamente a dictadores en su patio trasero, la administración de Barack Obama condenó el golpe y suspendió transitoriamente la cooperación militar.


Manuel Zelaya y Luiz Inácio Lula da Silva

Por otra parte, el gobierno brasileño repudió el accionar militar en Honduras, retiró a su embajador y suspendió todos los programas de ayuda a Tegucigalpa. Al mismo tiempo decidió no involucrarse directamente en el desenlace de los acontecimientos, ya que Luiz Inácio Lula da Silva entiende que su influencia no alcanza a América Central, y que es necesario un acuerdo con otros mandatarios.

En este caso también los organismos internacionales salieron a repudiar el golpe de Estado contra Zelaya, al igual que lo hicieron con el de Venezuela, pero -sin duda- ciertas medidas adoptadas por los distintos gobiernos de países latinoamericanos producen insomnio en algunos mandatarios, que luego se esconden detrás de discursos acartonados o promesas vulgares.

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Material adjunto

Entrevista a Roberto Micheletti: http://www.youtube.com/watch?v=bDmbgBlrxis

Discurso de Manuel Zelaya en la ONU: http://www.youtube.com/watch?v=bDmbgBlrxis


Material del grupo:

Entrevista realizada a Claudio Fantini (analista de Política Internacional)


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